EN EL TALLER DE
ARMANDO MURIAS IBIAS
PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE ESCRITORES DE
ASTURIAS
El espacio donde crea Armando Murias
Ibias (Caboalles, 1955) no es uno, sino múltiple, acorde con la variedad de su
quehacer literario y profesional. Podemos imaginarnos que tiene un lugar con
una mesa de trabajo donde ha llevado a cabo sus investigaciones lingüísticas
(es doctor en Filología Hispánica) y ha escrito sus relatos, sus novelas (entre
ellas “Los zapatones del quincallero”, Premio Letras de Novela Corta 2003) y
sus obras de teatro, pero también podemos intentar descubrir en el Instituto
Alfonso II de Oviedo el escenario por donde se mueve “El Gamusino”, ese “animal
imaginario que sirve para alimentar la fantasía del que acude a su llamada” y
que Armando Murias ha utilizado para bautizar al grupo teatral que ha formado
con sus alumnos. La caza de ese ser prodigioso es lo que propone el profesor de
literatura no sólo con el fin de motivar a sus jóvenes actores hacia el estudio
de su materia, sino sobre todo para despertarles el gusanillo por el gusto
literario. Este espacio donde bajo su batuta se ensayan y representan algunas
de las obras que escribe –este año se titula “Gran Cabaret Alfonso 2.0”-, es
únicamente el primer refugio del gamusino, pues a menudo suele escabullirse
para reaparecer en otras tablas situadas en otros institutos, en alguna cárcel
o en una residencia de ancianos.
Cartel de la obra hecho por las alumnas |
Desde hace unos meses Armando Murias
procura también atrapar a ese bicho escurridizo sentado en el sillón invisible
de Presidente de la
Asociación de Escritores de Asturias. Es posible que ésta sea
su labor más quimérica, aquella que se empeña en sortear la consabida crisis
económica para lograr la difusión de la obra de los escritores que están
asociados, potenciando para ello actividades ya consolidadas –y reconocidas por
la sociedad asturiana- como la convocatoria anual de los Premios de la Crítica y de las Letras o
las Jornadas de Literatura en Pravia, y al mismo tiempo tratando de impulsar
nuevos proyectos para hacer más visible la presencia de este colectivo en la
sociedad. Seguramente es el gamusino más delicado de capturar, pues suele
correr ligero entre el intrincado laberinto de las instituciones, los resbalosos
despachos de las editoriales, la rabiosa actualidad de los medios de
comunicación y el inaprensible interés del público.
(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 20 de abril de 2013)
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