Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

sábado, 2 de junio de 2012

Viaje al País de las Mentiras



 EL SECRETO DEL HUEVO AZUL

Autora: Catalina González Vilar
Ilustraciones: Tomás Hijo
Editorial SM. Madrid, 2012
160 páginas

            La editorial SM ha concedido este año su prestigioso premio El Barco de Vapor a un cuento de corte tradicional, lo cual bien pudiera pensarse que se trata –en estos atribulados tiempos- de una acomodación a los valores seguros, de una apuesta fácil por un tipo de literatura que ya ha demostrado su capacidad para atraer a los jóvenes lectores. Sin embargo, esta circunstancia significa justamente lo contrario, pues en la actualidad el verdadero riesgo de los autores está en apostar por historias que nos vuelvan a contar de forma verosímil lo que siempre nos han contado.

            “El secreto del huevo azul” relata la historia de Rolav, el pequeño príncipe de Dadrev que, al incumplir el encargo de su madre para que cuide de un huevo azul, se ve en la obligación de mentir. Para salir del embrollo en que se ha metido, pide consejo a Noisuli, el mago del castillo, que le aconseja viajar al País de las Mentiras, un lugar donde los embustes que se cuentan se hacen realidad. Allí, de la mano de Rignif, el aduanero real, Rolav vivirá maravillosas aventuras, presenciará acontecimientos extraordinarios y conocerá a extraños personajes, entre ellos a la princesa Artinem, que le enseñará lo que en realidad debe hacer para reparar el daño que ha causado su mentira. De vuelta a su país, en el momento en el que tiene el valor de reconocer ante sus padres el engaño, aparece en la ventana del castillo el Ave de la Verdad, un misterioso pájaro azul “difícil de encontrar”, que con su canto extraordinario causa la admiración de todos los presentes.

            Con ecos de “Alicia en el país de las maravillas”, Catalina González Vilar nos introduce en un mundo mágico donde, utilizando con maestría los recursos de los cuentos tradicionales, van apareciendo príncipes, princesas, ogros, magos y personajes pintorescos para contar de forma sencilla lo que cuentan todos los buenos cuentos. A través del misterio de lo narrado, el lector –a partir de 8 años- es conducido con el pequeño protagonista hasta la revelación de un conocimiento que supondrá una enseñanza vital, aquella que alude a la necesidad de asumir la responsabilidad de los propios actos. La fábula se enriquece con las ilustraciones de Tomás Hijo, que a menudo se mezclan con el texto para facilitar la inmersión en el mundo imaginario que narra su autora.


(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 2 de junio de 2012)




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