La
edad de la anestesia
Elena
Alonso Frayle
Edelvives.
Zaragoza, 2014
La propia narradora de esta novela afirma que su intención cuando
se propuso escribir la historia va más allá de contar algo que
ocurrió: la misteriosa muerte de Paul Ebling; el tiempo detenido en
una habitación de una clínica; la ciudad de Berlín, dividida por
el muro que materializaba la irreconciliable ruptura entre dos
mundos; o la semblanza de toda una generación que vivió durante
años al margen de la realidad. Así, Laura, la joven que narra la
historia en primera persona, asegura que el sentido de lo que está
contando tiene más que ver con el propio descubrimiento de lo que
hubo detrás de esos hechos.
Esa indagación se produce en una clínica de rehabilitación que se
encuentra en medio de los tupidos bosques de Brandeburgo, cerca de
Berlín, donde Laura debe pasar seis semanas para recuperarse después
de haber sido operada de una cardiopatía que sufre desde su
nacimiento. Su enfermedad ha marcado su vida, dotándola de una
fragilidad que en parte ha sido compensada por los numerosos libros
que ha leído y por la suerte de ser bilingüe, consecuencia de tener
la ventaja de ser hija de una madre alemana y de un padre español,
suerte que en la actualidad se ha roto con la separación de los
padres. En la clínica, que a lectora tan voraz le trae ecos del
sanatorio para tuberculosos de “La montaña mágica” de Thomas
Mann, conoce a Jan, un joven descendiente de emigrantes españoles,
que se encuentra allí haciendo el Praktikum para
sus estudios. Ha elegido ese
lugar atraído sobre
todo por ser
el lugar donde Honecker, el último presidente de la RDA, vivía
recluido con sus ministros y otros jerarcas del Politburó. Laura,
conmovida
porque Jan, en el idioma un
tanto peculiar que aún
conserva de sus antepasados españoles, le ha confiado el secreto de
que va a investigar lo que hay dentro de los cajones de la biblioteca
donde se amontonan libros y documentos que quedaron después de la
caída del Muro, se une a sus
pesquisas, seducida también por
el
olor “humano”
y las agradables
atenciones del joven, cuya
sola presencia
basta para
despertarle
sensaciones y sentimientos
hasta ahora desconocidos
para ella. Así, la
atormentada estancia que Laura había previsto en la clínica,
aburrida y sola, desconectada
de la televisión, el móvil y los ordenadores, rodeada de pacientes
más enfermos que
ella, asistiendo a la tortura
de las sesiones de rehabilitación y para colmo atendida por el
repulsivo “Doktor Infaustus”, se
convierte de repente en una maravillosa
oportunidad para husmear en
los secretos que aún guarda el edificio y, sobre todo, en
la
íntima emoción de
saberse
cómplice de la investigación que Jan, a partir de una foto
encontrada en un cajón,
quiere hacer sobre el pasado de su misteriosa familia.
Elena Alonso Frayle (Bilbao, 1965) ha logrado con “La edad de la
anestesia” (Premio Alandar de Narrativa Juvenil 2014) una magnífica
novela de aprendizaje en la que, utilizando muy bien la técnica de
intercalar capítulos en los que se narra de forma objetiva el
episodio de la muerte de Paul Ebling -circunstancia que investigan
los dos protagonistas del relato-, va llevando al lector a descubrir
junto con la narradora el período de letargo que se sufrió en la
reciente Historia de Europa, pero más aún -y en contraste con este
adormecido pasado- le enseña cómo a Laura se le va revelando el
emocionado despertar de su propia vida.
(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 31 de enero de 2015)
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