Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

sábado, 31 de enero de 2015

El pasado adormecido


La edad de la anestesia
Elena Alonso Frayle
Edelvives. Zaragoza, 2014


          La propia narradora de esta novela afirma que su intención cuando se propuso escribir la historia va más allá de contar algo que ocurrió: la misteriosa muerte de Paul Ebling; el tiempo detenido en una habitación de una clínica; la ciudad de Berlín, dividida por el muro que materializaba la irreconciliable ruptura entre dos mundos; o la semblanza de toda una generación que vivió durante años al margen de la realidad. Así, Laura, la joven que narra la historia en primera persona, asegura que el sentido de lo que está contando tiene más que ver con el propio descubrimiento de lo que hubo detrás de esos hechos.
          Esa indagación se produce en una clínica de rehabilitación que se encuentra en medio de los tupidos bosques de Brandeburgo, cerca de Berlín, donde Laura debe pasar seis semanas para recuperarse después de haber sido operada de una cardiopatía que sufre desde su nacimiento. Su enfermedad ha marcado su vida, dotándola de una fragilidad que en parte ha sido compensada por los numerosos libros que ha leído y por la suerte de ser bilingüe, consecuencia de tener la ventaja de ser hija de una madre alemana y de un padre español, suerte que en la actualidad se ha roto con la separación de los padres. En la clínica, que a lectora tan voraz le trae ecos del sanatorio para tuberculosos de “La montaña mágica” de Thomas Mann, conoce a Jan, un joven descendiente de emigrantes españoles, que se encuentra allí haciendo el Praktikum para sus estudios. Ha elegido ese lugar atraído sobre todo por ser el lugar donde Honecker, el último presidente de la RDA, vivía recluido con sus ministros y otros jerarcas del Politburó. Laura, conmovida porque Jan, en el idioma un tanto peculiar que aún conserva de sus antepasados españoles, le ha confiado el secreto de que va a investigar lo que hay dentro de los cajones de la biblioteca donde se amontonan libros y documentos que quedaron después de la caída del Muro, se une a sus pesquisas, seducida también por el olor “humano” y las agradables atenciones del joven, cuya sola presencia basta para despertarle sensaciones y sentimientos hasta ahora desconocidos para ella. Así, la atormentada estancia que Laura había previsto en la clínica, aburrida y sola, desconectada de la televisión, el móvil y los ordenadores, rodeada de pacientes más enfermos que ella, asistiendo a la tortura de las sesiones de rehabilitación y para colmo atendida por el repulsivo “Doktor Infaustus”, se convierte de repente en una maravillosa oportunidad para husmear en los secretos que aún guarda el edificio y, sobre todo, en la íntima emoción de saberse cómplice de la investigación que Jan, a partir de una foto encontrada en un cajón, quiere hacer sobre el pasado de su misteriosa familia.
          Elena Alonso Frayle (Bilbao, 1965) ha logrado con “La edad de la anestesia” (Premio Alandar de Narrativa Juvenil 2014) una magnífica novela de aprendizaje en la que, utilizando muy bien la técnica de intercalar capítulos en los que se narra de forma objetiva el episodio de la muerte de Paul Ebling -circunstancia que investigan los dos protagonistas del relato-, va llevando al lector a descubrir junto con la narradora el período de letargo que se sufrió en la reciente Historia de Europa, pero más aún -y en contraste con este adormecido pasado- le enseña cómo a Laura se le va revelando el emocionado despertar de su propia vida.

(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 31 de enero de 2015)




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