Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

sábado, 6 de diciembre de 2014

La fragilidad de la mariposa


Madama Butterfly
Benjamin Lacombe
Editorial Edelvives. Zaragoza, 2014

           A partir del cuento “Madame Butterfly” (1898), escrito por el norteamericano John Luther Long, y de la novela “Madame Chrysantheme” (1887), del francés Pierre Loti, Giacomo Puccini compuso su célebre ópera “Madama Butterfly”. Debido al sonoro fracaso en su estreno en La Scala de Milán el 17 de febrero de 1904, el compositor italiano se vio obligado a reescribirla, de modo que, entre los diversos arreglos que fue llevando a cabo en las sucesivas versiones, decidió organizarla en los tres actos con los que es conocida en nuestros días. Estas modificaciones no sólo consiguieron salvar la obra, sino que la dirigieron hacia un éxito que ha logrado que en la actualidad “Madama Butterfly” sea una de las óperas más representadas en el mundo, la tercera -por detrás de “Tosca” y “La bohème”- entre las preferidas de la obra de Puccini.
          Ahora la editorial Edelvives nos ofrece -en adaptación libre de esta ópera a cargo del ilustrador francés Benjamin Lacombe- un precioso álbum donde al texto -fiel a la dimensión del drama- y a las imágenes -escenario propicio para la representación de lo narrado- sólo le hace falta la música del compositor italiano para que los jóvenes lectores puedan sentirse inmersos en la bella dramaturgia de la ópera.
          El texto, dividido en los tres actos que marca el original del que parte, cuenta desde la perspectiva del lugarteniente de la Armada norteamericana B.F. Pikerton su historia de amor y desventura con Butterfly -apodo debido a que al revolotear de una bella mariposa se asemejaban sus gráciles movimientos-, una bella geisha que conoce en el Japón tradicional del siglo XIX. El apuesto oficial, como si de un juego se tratase, no tiene reparos en seducir a la joven japonesa, quien le corresponde con un amor capaz de renunciar a las más enraizadas tradiciones de su pueblo. Con el tiempo, ya satisfecho de la conquista amorosa, Pikerton se cansa de la dulce melancolía que rodea su matrimonio y de vivir en una cultura tan diferente a la suya, siempre cargada de una monotonía de ritos y de costumbres que lo exasperan. De ahí que, en cuanto ve la oportunidad, vuelve a su país de origen, dejando a Butterfly con la promesa de que regresará “en la época de las rosas”. Pero pasa el tiempo en que “el petirrojo acaba de construir su nido”, la bella geisha da a luz al hijo que había mantenido en secreto en su seno, se suceden las estaciones, las flores del jardín se marchitan... y Butterfly sigue esperando a su amado, quien, ajeno a los desvelos de su esposa, ha contraído matrimonio con la norteamericana Kate, una mujer cuya forma de ser y lealtad a las costumbres son muy diferentes a las de la joven japonesa. Al cabo de tres años, Pikerton -héroe de tantas batallas- siente que es un desertor y un cobarde a ojos de Buttefly y decide regresar a Japón, pero va acompañado de Kate y de una intención que, como un soplo violento, destrozará las frágiles alas de la mariposa amada.
          En el texto Lacombe ha sabido nutrir la historia con los elementos propios de la tragedia romántica, bien acompasados con las coloridas ilustraciones que subrayan, en armónico contraste, la sobria melancolía del drama. A ello también contribuye el desplegable de diez metros que, a la manera de un biombo japonés, ofrece nuevas sugerencias plásticas a quienes tengan por bien acercarse a esta preciosa obra.

(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 6 de diciembre de 2014)



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