Madama
Butterfly
Benjamin
Lacombe
Editorial
Edelvives. Zaragoza, 2014
A
partir del cuento “Madame Butterfly” (1898), escrito por el
norteamericano John Luther Long, y de la novela “Madame
Chrysantheme” (1887), del francés Pierre Loti, Giacomo Puccini
compuso su célebre ópera “Madama Butterfly”. Debido al sonoro
fracaso en su estreno en La Scala de Milán el 17 de febrero de 1904,
el compositor italiano se vio obligado a reescribirla, de modo que,
entre los diversos arreglos que fue llevando a cabo en las sucesivas
versiones, decidió organizarla en los tres actos con los que es
conocida en nuestros días. Estas modificaciones no sólo
consiguieron salvar la obra, sino que la dirigieron hacia un éxito
que ha logrado que en la actualidad “Madama Butterfly” sea una de
las óperas más representadas en el mundo, la tercera -por detrás
de “Tosca” y “La bohème”- entre las preferidas de la obra de
Puccini.
Ahora
la editorial Edelvives nos ofrece -en adaptación libre de esta ópera
a cargo del ilustrador francés Benjamin Lacombe- un precioso álbum
donde al texto -fiel a la dimensión del drama- y a las imágenes
-escenario propicio para la representación de lo narrado- sólo le
hace falta la música del compositor italiano para que los jóvenes
lectores puedan sentirse inmersos en la bella dramaturgia de la
ópera.
El
texto, dividido en los tres actos que marca el original del que
parte, cuenta desde la perspectiva del lugarteniente de la Armada
norteamericana B.F. Pikerton su historia de amor y desventura con
Butterfly -apodo debido a que al revolotear de una bella mariposa se
asemejaban sus gráciles movimientos-, una bella geisha que conoce en
el Japón tradicional del siglo XIX. El apuesto oficial, como si de
un juego se tratase, no tiene reparos en seducir a la joven japonesa,
quien le corresponde con un amor capaz de renunciar a las más
enraizadas tradiciones de su pueblo. Con el tiempo, ya satisfecho
de la conquista amorosa, Pikerton se cansa de la dulce melancolía
que rodea su matrimonio y de vivir en una cultura tan diferente a la
suya, siempre cargada de una monotonía de ritos y de costumbres que
lo exasperan. De ahí que, en cuanto ve la oportunidad, vuelve a su
país de origen, dejando a Butterfly con la promesa de que regresará
“en la época de las rosas”. Pero pasa el tiempo en que “el
petirrojo acaba de construir su nido”, la bella geisha da a luz al
hijo que había mantenido en secreto en su seno, se suceden las
estaciones, las flores del jardín se marchitan... y Butterfly sigue
esperando a su amado, quien, ajeno a los desvelos de su esposa, ha
contraído matrimonio con la norteamericana Kate, una mujer cuya
forma de ser y lealtad a las costumbres son muy diferentes a las de
la joven japonesa. Al cabo de tres años, Pikerton -héroe de tantas
batallas- siente que es un desertor y un cobarde a ojos de Buttefly y
decide regresar a Japón, pero va acompañado de Kate y de una
intención que, como un soplo violento, destrozará las frágiles
alas de la mariposa amada.
En
el texto Lacombe ha sabido nutrir la historia con los elementos
propios de la tragedia romántica, bien acompasados con las coloridas
ilustraciones que subrayan, en armónico contraste, la sobria
melancolía del drama. A ello también contribuye el desplegable de
diez metros que, a la manera de un biombo japonés, ofrece nuevas
sugerencias plásticas a quienes tengan por bien acercarse a esta
preciosa obra.
(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 6 de diciembre de 2014)
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