La
perla del Greco
Lucía
González Piquín
Ilustraciones de Goyo Rodríguez
Ilustraciones de Goyo Rodríguez
Anaya.
Madrid, 2014
Entre los actos para conmemorar el cuarto centenario de la muerte de
El Greco puede verse en el Museo del Prado una magnífica exposición
en la que se muestra la influencia del artista cretense en la pintura
moderna. La huella de Doménicos Theotocópoulos se puede rastrear en
la obra de Manet, Cézanne, Modigliani y otros, pero es Pablo Picasso
quien parece ser uno de los mayores deudores de su legado, como se ve
reflejado en sus cuadros “Dos cabezas al estilo del Greco” o “Yo,
el Greco”. De ahí que sea oportuno que la editorial Anaya, en su
colección con la que pretende acercar “célebres personajes de la
literatura, el arte o la historia” a los pequeños lectores, haya
publicado este mismo año dos obras sobre estos dos grandes artistas.
“La perla del Greco” es una historia en la que se cuenta cómo
Diego, un niño huérfano que deambula por las calles de Toledo,
tiene la suerte de conocer a un hombre que le ofrece trabajo como
sirviente. Entre los cometidos que le asigna está el de recorrer las
calles de Toledo para llevar y recibir encargos de los amigos de su
señor, en especial del Greco, el famoso artista que pintó “El
entierro del Conde Orgaz”. Con el tiempo, recomendado por su
patrón, entrará a servir en casa del pintor, quien a la vez que le
enseña las técnicas de su arte, le convierte en testigo de sus
problemas económicos y, sobre todo, del proceso de creación del
cuadro “Vista y plano de Toledo”, pintura en la que aparece un
misterioso personaje que sujeta el plano de la ciudad. La autora
(Lucía González Piquín, Oviedo, 1991) logra con este sencillo
relato introducir al pequeño lector en el ambiente del Toledo del
siglo XVII y hacer un ajustado retrato de la figura del Greco, además
de aventurarse, recurriendo a la imaginación que toda ficción
exige, a resolver el misterio de la identidad del joven que muestra
el plano en esa obra del genial pintor. Las ilustraciones de Goyo
Rodríguez son también un buen reflejo de la forma de pintar del
Greco, con sus característicos personajes alargados, cierto
hieratismo en las expresiones, una composición geométrica de las
estampas y unos divertidos juegos pictóricos que seguramente serían
muy del agrado de los surrealistas.
En “Pablo Picasso y el cubismo” el profesor Rafael Jackson
resume para los jóvenes lectores la vida del famoso pintor
malagueño, centrándose en los episodios más relevantes de su
biografía: las primeras clases con su padre, profesor de dibujo; su
formación en Madrid y Barcelona; su decisión de trasladarse a
París, donde el ambiente creativo de la ciudad, la variopinta gente
de la calle y los artistas más significados del momento influyeron
en su nueva concepción de la pintura (etapas azul y rosa); el
descubrimiento del arte africano, que contribuyó a desarrollar su
idea sobre el cubismo; la costumbre de recoger las cosas tiradas en
la calle, que a Picasso le sirvieron para inventar la técnica del
collage; el horror de la guerra civil plasmado en el gran cuadro
Guernica. La acertada síntesis de la vida de Picasso se complementa
perfectamente con las ilustraciones -algunas picasssianas- de María
Espluga. Para niños a partir de 5 años, estos mismos autores han
hecho una adaptación titulada “Mi primer libro sobre Picasso”.
(Publicado en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 13 de septiembre de 2014)
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