La voz acariciadora, dolorosa y profunda que tuvimos el privilegio de escuchar y compartir en noches de poesía y copas, en aquel otoño enmudecido fuera de los bares de Oviedo y Pravia, se ha apagado hoy, pero esa voz, el acento cálido y próximo del sur, sigue resonando emocionada en este recordado verso:
"Alguien maldecirá entusiasta la ajena y propia carne
y escupirá en la fecha de hoy, como en un charco"
(Félix Grande, de "Yelo dentro del sol, yel en la fruta")
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