TRES DÍAS EN EL VIENTRE DE LA BALLENA
PATXI ZUBIZARRETA
Edelvives. Zaragoza, 2013
En la historia de la literatura hay
pocos comienzos tan famosos como el “Llámame Ismael” pronunciado por el
narrador de Moby Dick. A partir de ahí -como todos sabemos- se inicia el relato
épico de la caza de la gran ballena blanca. Precisamente con esa frase empieza la
última novela de Patxi Zubizarreta (Ordizia, 1964), que de esta manera parece
querer marcar ya desde la primera línea el terreno donde se va a adentrar el
lector de esta historia. Es un aviso a los niños de más de diez años para
quienes va dirigido este cuento, pero más que eso se trata de un homenaje a la
novela de Herman Melville y también un guiño de complicidad hacia los mayores –padres
o maestros de esos niños- que hayan leído la mítica historia de la ballena
blanca.
Quien dice ahora la célebre frase,
tartamudeando en sus dos palabras, es un muchacho que se presenta de esta forma
ante el capitán del ballenero San Roque con el propósito de ser el nuevo
grumete del barco. Aprovechándose de una trampa que le ha tendido al auténtico
grumete, el jovencito llamado Ismael consigue, provisto del parche en el ojo
típico de los más fieros marinos, formar parte de la tripulación que zarpará desde
el puerto cantábrico de Deba hacia las lejanas aguas de Terranova. En el barco
se hace amigo de Joanes, el arponero con quien va a compartir la vida marinera,
el peligro de las tormentas marinas y, sobre todo, la tarea, la emoción y la
aventura de la caza de las ballenas. Pasadas las peripecias propias de la mar, llegan
al embarcadero de Portutxo, donde, como
todos los años, los marineros cargan las bodegas del barco con la grasa de la ballena,
con el afán y la alegría propios de quienes desean regresar cuanto antes a su puerto
de origen. Pero en la fiesta de San Juan, “la noche blanca” que hechiza a los
pescadores con el fuego de sus hogueras, suceden algunas cosas que darán un
vuelco inesperado a la historia. El peligro de pronunciar ciertas palabras
(diablo, bruja) que llaman a la mala suerte, la llegada de los indios de la
tribu micmac (entre ellos, la anciana Agnes y un muchacho con el que Ismael intercambia
algunos adornos), la sombra aparecida en el barco, las “intrigas y tejemanejes”
del Innombrable y la misteriosa desaparición en el mar del arponero y el
muchacho van añadiendo enredos a una trama que acabará por atraer la atención
del joven lector con una sorpresa final.
La obra se organiza en cuatro
capítulos, tres narrados por sendos personajes poco dados a hablar y mucho
menos a escribir, como son el ratón Orejillas, el gato Maldemer y el diablo llamado
El Innombrable, y un cuarto capítulo contado por La Ahuyentacampanas ,
la anciana Agnes que revela a Ismael sabias palabras de su tribu. Patxi
Zubizarreta sigue algunas de las pautas de su anterior novela “El maravilloso
viaje de Xia Tenzin” (Edelvives, 2009), donde también aparecen la aventura del
viaje, la búsqueda del padre, los personajes maravillosos y las situaciones
inexplicables. A ello se unen las referencias literarias (entonces “Las Mil y
una noches”; ahora “Moby Dick”, “Jonás y la ballena”), que pueden invitar a los
lectores a adentrarse también en la aventura de leer esas historias. Las
ilustraciones en blanco y negro de Luis Doyague añaden con acierto expresividad
visual a la obra.
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