Ya sabemos que no se debe obligar a leer libros a los niños –ni a los adultos-, pues es precisamente el odio a lo impuesto lo que los hace alejarse de la lectura. Se debe sugerir, invitar, motivar, descubrir, inculcar con el ejemplo, etc. Pero si hubiera que elegir un libro que deberían leer todos los niños de la escuela, seguramente habría que optar por éste. Primero porque es entretenido y divertido, y después –o al revés, tanto da- porque resalta unos valores que deberían ser la base de una sociedad más justa e igualitaria. Los O.T.R.O.S. (Sociedad Secreta)
Pedro Mañas
Ilustraciones: Javier Vázquez. Editorial Everest, 2009
Premio Leer es Vivir – Infantil 2009
De una manera sencilla y directa, nos cuenta cómo cambia la vida de Franz cuando le tienen que poner un parche en el ojo. Hasta ahora siempre se había sentido un niño normal, pero de repente se encuentra en el bando de los raros, al que pertenecen otros compañeros que son precisamente los O.T.R.O.S., una especie de sociedad secreta que ampara a todos los que son marginados, insultados o maltratados por tener alguna característica peculiar: ser muy alto, ser gordo, llevar aparato en los dientes, ser empollón, tartamudear…o tener un parche en el ojo. Dentro de los raros uno ya no se siente diferente y puede luchar por defender a los compañeros que son objeto de burlas. Entonces ocurren algunas divertidas aventuras que hacen descubrir al resto de los “normales” que todos, por ser únicos, somos normalmente diferentes.
Como digo, debería ser un libro de obligada lectura a partir de los 10 años…y, por lo menos, hasta los 99, porque son precisamente los valores del respeto a las diferencias y el derecho a la igualdad de todos los que a menudo los adultos tenemos que aprender de las actitudes de los niños.
Las ilustraciones de Javier Vázquez son caricaturas que expresan bien el aspecto trágicómico del relato y que, por tratarse de deformaciones exageradas de la realidad, seguramente son las formas más acertadas para hacerla visible.
(Publicado en El Comercio y la Voz de Avilés. 10 de enero de 2010)
No hay comentarios:
Publicar un comentario