“EN UN BOSQUE DE HOJA CADUCA”
Ilustraciones de Esperanza León
Editorial Anaya. Madrid 2006
Gonzalo Moure ha recibido por esta
obra el Premio de la Crítica
de Asturias en la modalidad de Literatura Infantil y Juvenil, galardón que se
suma al concedido por la
Editorial Anaya.
El argumento de la obra es muy
sencillo. Desde la edad adulta una mujer (Lucía) trata de ponerse en su piel de
niña (Luchinia) para recordar, y también entender, un pasaje extraordinario de
su infancia: el verano que pasó observando la vida de los pájaros escondida en
el grosellero de un bosque. A partir de ahí sigue una narración donde al
encuentro de la niña con la naturaleza (la monótona observación del devenir
cotidiano de los pájaros) le sigue un cambio en su vida interior.
Nos encontramos ante una novela de
iniciación o de aprendizaje, donde la protagonista va descubriendo la vida a la
vez que mira la propia existencia de los pájaros. Agazapada en el grosellero
del bosque, Luchinia asiste al nacimiento de unos polluelos de ruiseñor, a su
alimentación, al cántico que ella imita hasta conseguir comunicarse con ellos, a
la visita siniestra de las urracas, a la muerte de los pollitos, sobre todo a
esta muerte que le hace descubrir la crueldad de la naturaleza. Así, la niña
aprende que la emocionante belleza de la vida está inseparablemente unida a la
tragedia –cotidiana- de la muerte. Luchinia descubre la vida, lo cual es
doloroso (el dolor del conocimiento), y de ahí surge la pérdida de la inocencia
en ese aprendizaje que siempre supone la transición a la edad adulta, donde la
vida oscila entre la imaginación y la realidad, el amor y la muerte.
En la novela aparece el amor, pero
no sólo a la naturaleza representada en esos ruiseñores que observa, sino
también el amor, que la niña siente subirle como “un calor dulce del pecho”,
hacia Martín, el niño que la acompaña en el grosellero.
Al final, la imaginación y la realidad
se confunden en el sueño de Luchinia por ser pájaro y volar junto a los
ruiseñores, como si fuera uno más de ellos en su obligado emigrar hacia el sur.
No importa si lo ha soñado o ha ocurrido de verdad, porque lo único que cuenta
es el deseo de ser lo que se piensa.
Las ilustraciones de Esperanza León
no sólo acompañan bellamente al texto, sino que en sí mismas representan
verdaderas estampas artísticas.
(Publicado en la Revista de Literatura Infantil y Juvenil PLATERO. Nº 163. Noviembre - Diciembre 2007)
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