Una tierra tan
lejana
Armando Murias
Ibias
Velasco Ediciones,
2025
Una tarde de tormenta, un viejo
afilador medio ciego y cojitranco, acompañado de un perro, aparece de pronto en
un poblado minero. A su alrededor se junta un grupo de vecinos para escuchar
las historias que cuenta el viejo. Entre ellos se encuentra Basilio, quien,
“firme seguidor del empirismo”, acude con la intención de mofarse del
cuentacuentos. Sin embargo, al día siguiente es el propio Basilio el que parece
encontrar sentido a las historias que en la víspera tanto empeño había puesto
en desdeñar. Estos dos días enmarcan el contenido de la novela Una tierra
tan lejana (Velasco Ediciones, 2025), pues entre el primero -contado al
inicio- y el segundo -relatado en el capítulo final- se van desarrollando en
paralelo dos historias que, en consonancia con el marco propuesto por el autor,
bien pudieran haber sido inventadas y contadas por el propio afilador aparecido
en el pueblo.
En capítulos alternos (titulados impar
y par) se cuentan dos historias que comienzan a ocurrir en lugares muy
alejados entre sí. Una transcurre en el poblado minero de La Camocha y relata
la historia de Argentina -apodada La Generala- y su descendencia, dos
hijos y una hija productos de tres relaciones distintas. Cada personaje
presenta una peculiar historia, unas vidas condicionadas por ciertos atavismos
y por diferentes reveses que conducirán al desamparo y la tragedia. La otra historia
empieza en Nador, donde el joven Rachid -después de morir su madre- embarca
hacia Almería, primer destino de un periplo lleno de incidentes que va
sorteando gracias a su habilidad con la navaja. Es precisamente su manejo lo
que -casi a modo del significado que tiene el objeto mágico en los cuentos
clásicos- se puede entender como el hilo conductor de la novela, pues su
presencia -su certero empleo en oportunos momentos de la trama- es el elemento
que salva al protagonista y lo hace avanzar.
Con Una tierra tan lejana, Armando Murias Ibias
(Caboalles, León, 1955) nos presenta el
mundo de la minería que, como lacianego afincado en Asturias y estudioso del
léxico minero, conoce bien: la fundación del poblado de La Camocha, los inicios
del sindicalismo, hasta llegar al declive y a la vida agónica de los últimos
mineros del carbón. Pero, en paralelo, también nos relata el oscuro mundo del
contrabando y de los negocios turbios, las venganzas y las traiciones de unos
personajes que se mueven entre el miedo, la culpa, la sumisión y la forzosa
necesidad de sobrevivir.
Los capítulos “impares” en tercera persona y los “pares” en primera, así como un episodio en forma de teatro -género en el que Armando Murias Ibias ha desarrollado buena parte de su labor literaria- y el penúltimo donde confluyen las dos historias, nos muestran un autor dotado de unos recursos en los que también destaca la agilidad de la narración, una prosa precisa que nos trae ecos de las historias que se contaban por los caminos y los pueblos de antaño. Cuentos -reales o inventados, tanto da- que nos siguen hablando de cómo, desde el esencial desamparo del ser humano, cada uno, a su manera, va afrontando las vicisitudes que presenta la vida.
(Reseña publicada en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 31 de octubre de 2025)

