Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

viernes, 3 de marzo de 2023

Veinticinco años de un maestro del cuento

 


La memoria de los crisantemos

José Ignacio García

Castilla Ediciones. Valladolid, 2022



               José Ignacio García (San Sebastián, 1965) celebra sus veinticinco años como narrador con el libro de cuentos La memoria de los crisantemos. Para ello toma como referencia el proyecto Contamos la Navidad (Premio de reconocimiento cultural “La armonía de las Letras”, 2015), del que ha sido fundador, coordinador y participante en sus catorce ediciones. Su larga trayectoria como escritor de cuentos -entre ellos el volumen Entre el porvenir y la nada (Premio Miguel Delibes de Narrativa, 2009)-, impulsor de varias antologías colectivas -la última la celebrada Cuentos pendientes, 43 voces del cuento castellano y leonés del siglo XXI (2021)- y director de la colección Cuentenario Narrativa de Castilla Ediciones avalan las cualidades de este conjunto de cuentos enlazados con el tenue hilo de la Navidad. Y digo tenue porque -digámoslo ya desde el principio- el motivo navideño que de alguna u otra forma aparece en todos los relatos, no es más que una especie de pretexto ambiental -temporal, pero también espacial por lo que tiene de ornamento o atrezo- en unos cuentos que, salvo unos pocos, bien podrían tener como escenario cualquier época del año. 

               En consonancia con el aniversario que se celebra, La memoria de los crisantemos (Castilla Ediciones, 2022) reúne veinticinco cuentos de muy diversa factura, de manera que la heterogeneidad de temas y la variedad de los recursos narrativos no hacen más que enriquecer el conjunto. Así, nos encontramos en La vecina del pezón tímido -primer título de la serie- con la misteriosa sensación de que la pasión vivida entre las paredes de una casa persiste en otros cuerpos que posteriormente la habitan; en Helados en agosto, con la venganza contada desde una mirada infantil cargada de agravios; en Una sonrisa para mis lágrimas, con una poética relación de pérdidas en torno al exilio cubano; en Una sentencia de muerte, segura, con los azares que pueden conducir a un final trágico; en La nevada, con un relato de iniciación en la emocionada noche de los Reyes Magos; en El mendigo elegante, con la necesidad de contar -como en las Mil y una noches- para que un rico endeudado pueda salvar su Navidad; en Ella y él, con una historia de amor y jazz donde ella le devuelve a él por un instante los sueños perdidos; en La memoria de los crisantemos -último relato del libro-, con el homenaje que el propio autor hace a uno de sus escritores más admirados.

En fin, un volumen de cuentos que cuentan más de lo que esta breve reseña sólo puede apuntar, pues en cada uno de ellos se entrelazan historias habitadas por gente corriente que se desenvuelve entre los misterios del amor y la muerte, en una realidad vivida con esa emoción dolorosa o risueña que pueden despertar las pérdidas y los sueños, utilizando -según la ocasión- palabras rescatadas del mundo rural o la sonora cadencia de la prosa cubana, diálogos bien trazados, el punto de vista infantil o la mirada irónica de quien cuenta su propia muerte. Historias de vidas que provocarán en cada lector la sonrisa cómplice o la mueca desdeñosa, donde a menudo las apariencias engañan o el final queda abierto como un libro, proponiendo así un abanico de sugerencias que no hacen más que mostrar una vez más a José Ignacio García como un maestro del cuento.


(Reseña publicada en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés el 3 de marzo de 2023)


 

 

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