Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

sábado, 12 de octubre de 2024

El laberinto del monstruo

 

La colina del Minotauro

Miguel Rojo

Editorial Pintar-Pintar, 2024

 


Digámoslo desde el principio: esta magnífica novela tiene todos los ingredientes para ser del agrado del público juvenil, mérito de máxima importancia cuando sus destinatarios son los lectores más exigentes, aquellos que no dudan en cerrar el libro cuando sienten que se les ha dado gato por liebre. Miguel Rojo (Tineo, 1957) nos presenta una novela de aventuras donde a la natural emoción que en el lector suscita la acción, la continua sucesión de acontecimientos inesperados o directamente extraordinarios, se une la celebración de la amistad, ese guiño cómplice en el que dos jóvenes se unen -a través del consabido rito que lleva al indisoluble “hermanos de sangre”- para tratar de descubrir juntos los misterios de la vida. De ahí que, como suele ocurrir en este tipo de novelas, se trate también de un relato de iniciación, aquel que, a la par que se cumple un viaje físico -desde Bilbao a la isla de Creta-, se produce un viaje interior, cuyo significado último, después de sortear todas las dificultades y vencer todos los obstáculos que se suceden en la historia, es proceder a dar un paso de gigante en el crecimiento personal. De los protagonistas, claro está, pero también -y esta es la virtud de la literatura- del lector concernido y atento.

               Los primeros capítulos de la novela, que nos introducen en el ambiente de terror en el que ETA sumió al pueblo vasco -y, por extensión, al resto de España- en los llamados años de plomo, cuentan cómo la familia de Iñaki se ve obligada a huir de Bilbao después del atentado que sufre el padre con una carta bomba. Al respecto es muy reveladora la nota que, “a modo de explicación”, el autor inserta antes del relato para denunciar las trabas, relacionadas precisamente con estos capítulos iniciales, que las editoriales encontraban hace 20 años para publicar una novela donde se refiriera directamente a ETA. (Por ello es de celebrar que una editorial asturiana como “Pintar-Pintar” se haya lanzado a la publicación de La colina del Minotauro). Y es precisamente este asunto el que parece enhebrar, a pesar de que el argumento después tira por otro lado, como un hilo oculto toda la historia, pues a la existencia de una sociedad amenazada le sucede otra donde la familia -y en particular los hijos- pueden vivir en libertad; al odio y a la intolerancia le siguen los afectos y la camaradería; a una realidad demasiado asfixiante la sustituye una vida donde es posible la imaginación; al miedo, en fin, lo reemplaza la alegría de poder descubrir otros mundos más allá del horizonte. Así, la figura del Minotauro a la que se enfrentan Iñaki y su amigo, podría interpretarse como el monstruo que necesita el sacrificio de hombres y mujeres para seguir alimentando su propia condición, atrapada en su impenetrable laberinto de violencia.

Con esta novela destinada al público juvenil, Miguel Rojo -uno de los autores fundamentales del llamado Surdimientu Asturianu- vuelve a demostrar su capacidad para abordar con acierto, tanto en castellano como en asturiano, diferentes géneros literarios, ya sea en novela y relatos para adultos, cuentos infantiles, poesía o crítica literaria.

(Reseña publicada en el suplemento Culturas de El Comercio y La Voz de Avilés. 11 de octubre de 2014)

              

              

 

viernes, 14 de junio de 2024

Caballero de Belgrey

 Con motivo de la celebración del Bloomsday 


El Círculo de la Calle Ulises 


ha tenido a bien nombrarme


Caballero de Belgrey

Belgrey es la ciudad imaginaria de mi trilogía La urdimbre y la trama, compuesta por las novelas Yo sé quién soy (Adarve, 2020), Enemiga mortal de mi descanso (Castilla Ediciones, 2023) y Para vivir muriendo (en prensa)


Blasón del Caballero de Belgrey, diseñado por María J. de Iscar




sábado, 20 de abril de 2024

Relatos con vocación de alas

 


Los pies de los bailarines

Charo Alonso

Castilla Ediciones. Valladolid, 2023



               Tras la lectura de un volumen de cuentos, uno siempre se pregunta cuál es el motivo que los une para que el autor -autora en este caso- haya decidido agavillarlos entre las tapas de un libro. La respuesta está en el mismo título de la obra –Los pies de los bailarines-, que comparte con uno de los cuentos, y en el epílogo -Tiempo de espigadero-, que la propia Charo Alonso (Salamanca, 1967) inserta al final del libro para revelarnos -¡y de qué maravillosa manera!- la gestación de cada cuento y del volumen entero. Así, como los pies de los bailarines, “son relatos con vocación de alas”, pero también, siguiendo con la comparación, es consustancial a ellos “el dolor de donde nacen belleza y vuelo”. De ahí que sean precisamente esa herida y ese ánimo los que insuflan la necesaria gracia a las palabras para alzarse del suelo. Pero no estamos hablando de livianas fantasías líricas que se alejan del mundo, sino de relatos que, siendo “retazos míos de vida”, aspiran a alcanzar el elevado significado que siempre deja tras de sí el evocador halo del misterio. Enhebrados algunos cuentos con el hilo del contexto educativo -presente en la vida profesional de la autora- y otros con el entorno navideño, en su conjunto no dejan de compartir esa extrañeza que los hace emerger por encima de lo cotidiano.

               Como muestra de este luminoso “ramillete de voces”, traemos aquí Cordero de Dios, un lamento de rara belleza donde una hija lanza reproches a su madre desde la mirada triste de quien se identifica con la inocencia de un cordero extraviado; Los mapas del corazón, donde un niño, dividido por la ruptura de los padres, consuela su sentimiento de abandono cobijándose en una soledad que le permite abrir los regalos de los Reyes Magos y así alzarse “libre de toda atadura sobre los mapas de la vida”; De fuera, el largo, doloroso monólogo de una mujer emigrante ante la profesora de su hijo para pedirle que no le quite la posibilidad de seguir estudiando francés, oportunidad que para ella cobra el significado de poder salir de la vida precaria a la que, si no la aprovecha, están condenados tanto el hijo como su madre; Golondrinas, poema en prosa que juega con el vuelo de la golondrina, los giros de una niña en torno a su vestido de flores y los que regresan al sur para “atravesar el Estrecho de los peces y los pájaros, las pateras y los muertos”; El capitán garfio, relato con ecos de la Canción del pirata y de Peter Pan, sobre los llamados sin techo, personas que vagabundean en los márgenes, pero que, entre la libertad, la soledad y el compañerismo se convierten también en “buscadores de perlas, pescadores de conchas, bateadores de oro, cazadores de mariposas”, como el Capitán Garfio.

               En definitiva, Los pies de los bailarines (Castilla Ediciones) es un libro de relatos cargado de potentes imágenes que impulsan la lectura hacia un vuelo cargado de emociones, de ahí que sea más conmovedor el sentido moral que lo impregna, ese que alude a las variadas formas de dolor, esperanza, fragilidad, abandono, miedo, soledad, inocencia, consuelo o ansias de libertad.

(Publicado en el suplemento La sombra del ciprés de El Norte de Castilla. 20 de abril de 2024)