Espacio líquido de creación y crítica literaria. Marcelo Matas de Álvaro

viernes, 13 de junio de 2014

Locus solus

LOCUS SOLUS
Raymond Roussel
Ediciones Numa, Valencia, 2001
Traducción de Marcelo Cohen
(Original publicado en París en 1914)



“En el patio de su palacio de Bizancio, la cortesana Crisomallo hizo que sus mozos la montaran en el soberbio caballo negro Barsimes, que piafaba de impaciencia bajo sus majestuosos arreos. Luego, radiante, salió a cabalgar libremente por bosques y llanuras. Atardecía ya, y se acercaba el momento de dar media vuelta para regresar a casa, cuando Crisomallo notó que su espuela, por sí misma, se hundía en el flanco de la montura con golpes regulares y nerviosos. Barsimes se lanzó a galopar sin que nada pudiera detenerlo. Al caer la noche, el camino se iluminó de un fulgor verdoso que seguía a la amazona por donde fuera. Buscando la fuente de esos haces, Crisomallo vio que la espuela, brillante de un resplandor glauco, iluminaba los alrededores y seguía arrastrándole el pie, contra su voluntad, para abrir cada vez más la ensangrentada herida del caballo. Esta huida desenfrenada se prolongó años enteros. La espuela, que golpeaba sin tregua, conservaba durante el día una claridad tenue que por la noche se hacía fulgurante. Y nadie en Bizancio volvió a ver jamás a Crisomallo”

Raymond Roussel


  Maravilla no tanto la posible imagen que uno se va construyendo de la historia, sino la propia capacidad del lenguaje para ir creando ante el lector la propia idea que nombra. Así, el terror de la escena angustia más que por las imágenes que nos evocan, por el poder de las palabras para revelar más allá de lo puramente narrado.  

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